El hombre siempre necesita coraje, porque incluso en la vida civil hay momentos en que un acto moral requiere coraje y determinación. Las circunstancias favorables no siempre nos rodean, pero las desfavorables deben superarse, y luego se necesitará coraje. Mi opinión puede confirmarse fácilmente con ejemplos de la literatura.
En la novela de Bulgakov "El maestro y Margarita", la heroína defiende valientemente su derecho a la felicidad. Ella acepta la oferta del misterioso desconocido Azazello, aunque teme por su seguridad. Sin embargo, una mujer está lista para hacer grandes esfuerzos solo para rescatar, o al menos encontrar a su amado hombre. El maestro fue retenido a la fuerza en un hospital psiquiátrico después de que Magarych escribió una denuncia sobre él y se registró en su sótano. El héroe perdió completamente la fe en sí mismo, perdió su hogar y su conexión con Margo. Pero no perdió la esperanza de recuperar la felicidad perdida en el amor con su elegido. La heroína le lanzó una pelota a Satanás y, a pesar del dolor y el miedo, se comportó con elegancia y nobleza, sin dar la apariencia de que la fatiga y el miedo la molestaban constantemente. En el final de Spring Ball, incluso gasta su deseo de ayudar a Frida. Entonces el diablo apreció el coraje y la misericordia de Margarita y la recompensó con la paz eterna solo con el Maestro.
V. Shalamov describió otro ejemplo en la historia "La última batalla del comandante Pugachev", donde el héroe, después de la guerra, se enfrenta a la necesidad de mostrar coraje. Por el hecho de que fue capturado por los nazis, los funcionarios soviéticos lo condenaron a trabajos forzados en los campos, acusando al hombre de traición. Pugachev, a diferencia de ellos, defendió honestamente su tierra natal, le parecía injusto lo que le habían hecho. Luego él y sus camaradas se levantan de las armas y arreglan una fuga. Por supuesto, todos perecen en el camino hacia la libertad, pero lo hacen con honor, no resignados a la actitud bárbara de las autoridades hacia los defensores de la patria. Para tal acto, no solo se necesita coraje, sino el coraje total, temerario y desesperado del animal impulsado.
La vida pacífica puede ser diferente: a veces aparecen enemigos en el camino de una persona que no es menos peligrosa que los invasores extranjeros. Para una batalla local con ellos, se necesita coraje, porque necesitas poder defender tus creencias en cualquier situación.